¿Qué es la diverticulitis?
Los divertículos son pequeñas bolsas que se forman en la pared del intestino. La mayoría de las personas con diverticulosis o no tiene síntomas, o presenta dolor abdominal leve (Enfermedad diverticular sintomática no complicada). Sin embargo, algunas veces las bolsas se inflaman e infectan, produciendo diverticulitis, una enfermedad que presenta algunas complicaciones: fiebre, inflamación, náuseas, vómitos, sangrados, etc.
En la actualidad, es uno de los trastornos intestinales más frecuentes. Sin embargo, alrededor del 80% de las personas con diverticulos son completamente asintomáticos, el resto presenta síntomas leves y solo el 5% de los casos presenta complicaciones.
La enfermedad diverticular se caracteriza por ataques de dolor abdominal de tipo cólico. Además, es común que las personas que lo sufren presenten hinchazón abdominal y cambios en los hábitos intestinales, sinedo el estreñimiento es más común que la diarrea. Las complicaciones de la enfermedad diverticular son hemorragias, peritonitis y fisuras.
No se sabe por qué los síntomas ocurren. Se ha sugerido que la masa fecal se acumula y queda atrapada en estas bolsas intestinales llamadas diverticulos. Ello produce un sobrecrecimiento bacteriano y, como consecuencia, se desarrolla una inflamación de bajo grado.
¿Por qué surge?
Existen varios factores que favorecen la aparición de esta enfermedad y están relacionados con la modificación del tránsito intestinal. El tránsito intestinal es un término utilizado para hacer referencia al tiempo que pasan los alimentos desde que los ingerimos hasta que expulsamos sus deshechos en forma de heces. Todo aquello que empeore nuestro tránsito intestinal aumentará la probabilidad de aparición de diverticulitis: el sedentarismo, la obesidad, el tabaquismo, el uso crónico de antiinflamatorios no esteroideos, la edad, etc.
La detección de un sobrecrecimiento bacteriano en pacientes con diverticulitis apoya la idea de que una disbiosis podría tener un papel fundamental en la aparición de la enfermedad. Aunque los resultados de los estudios aún no son concluyentes, la investigación continúa en esta línea.
¿Cómo influye el estilo de vida en la enfermedad?
La nutrición desempeña un papel fundamental en el tratamiento de la diverticulosis y la diverticulitis. Se ha observado que el consumo de alcohol, el uso crónico de aspirina, el tabaco, el abuso de anticoagulantes, la hipertensión y la aterosclerosis, son factores asociados con la diverticulosis. Es por ello que llevar a cabo un esitlo de vida saludable es fundamental para disminuir la prevalencia de esta enfermedad. La dieta influye de forma directa en nuestra salud y, por ello, cobra mucha importancia como método preventivo de algunas enfermedades, entre ellas, la diverticulitis.
La obesidad parece estar relacionada con complicaciones de la enfermedad diverticulosis. El tejido adiposo, que está formado fundamentalmente por grasa, es capaz de sintetizar sustancias inflamatorias. Si tenemos un exceso de grasa corporal, presentaremos una inflamación crónica. es por ello que mantener un peso adecuado para nuestra salud es de vital importancia.
La actividad física parece reducir significativamente las complicaciones de la enfermedad diverticular. Por ello, recomendamos dejar de llevar a cabo un estilo de vida sedentario y pasar a la acción. Nuestra recomendación es entrenar al menos 2-3 días a la semana fuerza, puesto que, además de otros beneficios para la salud, nos ayudará a mejorar nuestra composición corporal.
¿Debería restringir los frutos secos?
Cuando se produce una diverticulitis, se recomienda una dieta baja en fibra para facilitar el paso suave de las heces por la zona inflamada. Una vez el cuerpo haya conseguido cicatrizar el tejido y resolver el problema, el enfoque consiste en fomentar un aumento de los líquidos y del contenido de fibra de la dieta para prevenir futuros divertículos.
Las recomendaciones anteriores para los pacientes con enfermedad diverticular de evitar los frutos secos y las semillas ya no están indicadas, ya que no hay pruebas firmes de que estos alimentos desencadenen la inflamación.
Tradicionalmente se ha aconsejado restringir los frutos secos, semillas, maíz y otros alimentos con pepitas (kiwi, fresas, etc.). La realidad es que, excepto en fases concretas, no es necesario que evites estos alimentos puesto que no se asocian con mayor riesgo de diverticulitis.